28 noviembre 2005

A day in the life

Este artículo es espejo del que publica hoy el señor Dorian Gray. Ambos acordamos escribir un día normal en la vida del otro. Sin información previa. Son dos fantasías descabelladas de dos personajes desconocidos. Veamos en qué acaba todo esto...




7:02 "... Según las conclusiones presentadas ayer en la Cámara, la iniciativa del Gobierno de la Nación se verá comprometida a corto plazo por..." El señor Gray abre los ojos lentamente. Aguarda un par de minutos tumbado en la cama, bosteza, emite un gruñido mientras se despereza y enciende a tientas la lámpara de la mesita de noche. Junto a la cama permanecen, perfectamente alineadas, unas zapatillas de color azul marino, a juego con una bata a cuadros que cuelga de un solitario perchero al fondo de la habitación. El señor Gray se incorpora, retira el edredón y duda antes de calzarse las zapatillas. ¿Y si hoy fuera descalzo hasta el cuarto de baño? ¿Y si hoy se levantara por el lado izquierdo de la cama y no por el derecho? Mientras se frota los ojos toma dos pequeñas pero significativas decisiones: salir de la cama por el lado izquierdo y caminar descalzo hasta el cuarto de baño. Una vez allí, gesticula un rato frente al espejo y finalmente abre el grifo. Hoy será un día diferente. ".... Un sistema de financiación sostenible es imprescindible en el marco del nuevo Estatut. En palabras del portavoz del partido, la iniciativa catalana asegura un techo competencial que...". Decide también apagar la radio.

7:35 El señor Gray está de pie en la cocina con una taza de café entre las manos mirando con fijeza un maletín que hay sobre la mesa.

7:38 El señor Gray sale de casa sin coger las llaves del coche y sin el maletín.

8:05 El señor Gray está sentado en el banco de un parque preguntándose qué le ha llevado hasta allí. "Una decisión", murmura mirándose los brillantes zapatos negros. La gente pasa de largo sin reparar en él. Todos tienen prisa, cosas que hacer y ningún interrogante vital.

8:35 En el bolsillo interior del abrigo empieza a vibrar el teléfono móvil. El señor Gray lee el nombre de la empresa en la que trabaja en la pequeña pantalla. El señor Gray deja el teléfono sobre el banco, se pone en pie y comienza a caminar deprisa... más deprisa... más y más deprisa.

8:38 El señor Gray tropieza con una mujer a la entrada del parque; ella titubea un instante y finalmente pierde el equilibrio y cae al suelo. Lo mira con extrañeza desde allí abajo. Durante unos segundos ambos se sostienen la mirada. El señor Gray cree que es la mujer más guapa que ha visto en su vida. Es rubia, delgada, tiene los ojos muy claros y lleva el pelo recogido con un pasador de color azul a juego con el resto de su indumentaria... Ella, en cambio, cree que ese tipo que no deja de observarla, sin ni siquiera disculparse, debe de estar chiflado; así que recoge con presteza el bolso caído y sin decir ni una palabra se levanta, se sacude el polvo y se aleja volviendo la cabeza de vez en cuando hacia él. Cuando ya está a unos cuatro o cinco metros de distancia al señor Gray le parece oirla decir alguna que otra palabra malsonante. Lo que el cine hubiera convertido en el comienzo de una apasionada e idílica historia de amor, en realidad no es más que una embarazosa y estúpida anécdota que se repite a diario en cualquier rincón del mundo. El señor Gray siente que el último reducto de romanticismo que albergaba se le ha pegado en la suela de los zapatos y que lo va arrastrando mientras camina. Y que es mejor así.

8:50 El señor Gray explica a su jefe que esta mañana se encontraba un poco acatarrado pero que después de tomarse un antihistamínico empezó a encontrarse mejor y decidió venir al trabajo.

9:03 El señor Gray se sujeta la cabeza con las dos manos y mira distraído por la ventana de su despacho. Suspira y decide que cuando salga irá al parque por si acaso su móvil continuara en el banco.

15:06 El señor Gray, con las manos metidas en los bolsillos del abrigo, recuerda una canción de los Beatles y tararea el estribillo mientras baja en el ascensor. Deja de hacerlo cuando la puerta se abre en el tercer piso y entra una mujer morena, de unos 32 años, estatura media y ojos tristes. No es ninguna belleza sobrenatural pero tiene cierto atractivo. Lleva unos vaqueros desgastados, un jersey blanco de lana y un abrigo verde en el brazo. Huele a violetas. Ella lo mira de reojo con disimulo y él se da cuenta. Entonces se gira y con una sonrisa inesperadamente bonita le hace un comentario banal sobre el frío. El señor Gray contesta con un par de monosílabos. Sólo tiene ganas de volver a casa y no decidir absolutamente nada más en lo que queda de día.

15.08 El ascensor en el que va el señor Gray llega a la planta baja. Tras un gesto convencional de despedida, ella menciona de repente una canción de los Beatles (la misma que él tarareaba apenas unos segundos antes). Se excusa diciendo que no conseguía recordar el título y que le había venido a la mente a propósito de un compañero de trabajo con cierto parecido a Ringo Starr. Al señor Gray le cuesta resistirse a sonreír. Decide, aun en contra de su anterior decisión, preguntarle si lleva coche. "Sí, sí... ¿Quieres que te acerque a algún sitio?" pregunta solícita. "Me harías un gran favor si vas en la misma dirección; tengo el coche en el taller y hoy he tenido que venir andando", añade con cierto sonrojo por la mentira.

15: 33 El señor Gray tiene una invitada en el salón y el frigorífico vacío. Ayer no tuvo tiempo de hacer la compra. Asoma la cabeza por la puerta y le propone ir a comer fuera. La invitada se levanta y se mete en la cocina, le saca el delantal del cuello y se lo pone ella. "Seguro que algo podemos hacer". El señor Gray no sabe si insistir en salir o disfrutar del pequeño atrevimiento/reto de ella. Opta por lo segundo.

18:43 El señor Gray apura un cigarrillo para alcanzarle el abrigo mientras ella se cuelga el bolso del hombro. Intenta buscar una fórmula de despedida que no sea ni demasiado comprometedora ni demasiado falta de interés. "Bueno, ya nos veremos". No ha encontrado nada mejor que decir. "Tercer piso. Recursos humanos", contesta ella sonriente desde el rellano levantando un poco la barbilla.

18:45 El señor Gray enciende el ordenador. Le llegan unos cuantos emails de los comentarios que la gente deja en su blog. Contesta algunos. Dedica un tiempo a leer lo que otros, conocidos y desconocidos, escriben sobre sus vidas, sus sueños, sus preocupaciones, sus gustos y disgustos... Se recuesta un poco en el sillón con aire reflexivo. Un instante después, decide escribir algo sobre este día que tenía que ser diferente.

19:23 El señor Gray dirige el cursor del ratón al cuadradito naranja donde pone "Publicar entrada" y pulsa con el dedo índice.

(Foto: Jerry Uelsmann The Philosopher´s Desk)

19 Comentarios:

Blogger Isthar dijo...

Si en lugar de café llegas a poner leche con galletas ya hubiera pensado que desde luego tienes una cámara espía en casa del señor Gray ;)

Realmente bueno Kubelik, de verdad.

lunes, 28 noviembre, 2005  
Blogger Buttercup dijo...

Ummm, curiosa imagen de Gray.

lunes, 28 noviembre, 2005  
Blogger Pow dijo...

Excepto lo de salir de la cama, que siempre lo hago por el lado derecho, lo demás es nítidamente factible.

Gracias ;-)

lunes, 28 noviembre, 2005  
Blogger Iván dijo...

Tan buen gusto para tararear A DAY IN THE LIFE como tú para escribir esta historia. Dile al señor Gray que anime un poco la mirada, que no cuesta nada y todo se hace más llevadero.

P.D. Una buena opción en la distancia, además del teléfono, es el cine en la distancia, así logras dos cosas al mismo tiempo. Me estoy acordando que lo hacían en CUANDO HARRY ENCONTRÓ A SALLY...

lunes, 28 noviembre, 2005  
Blogger Unknown dijo...

....lo del lado derecho.... por la izquierda está la pared? .... ;)

martes, 29 noviembre, 2005  
Blogger Raist dijo...

Desde luego podría ser...

martes, 29 noviembre, 2005  
Anonymous Anónimo dijo...

Un día muy completo...

martes, 29 noviembre, 2005  
Blogger juank sinclair fantoba dijo...

¡Muy bueno!

martes, 29 noviembre, 2005  
Blogger Miss Kubelik dijo...

*Isthar, ¿de verdad está tan loco? :p

*Buttercup, le he contagiado alguna que otra neura propia al señor Dorian...

*¡Señor Dorian! A usted le contesto en su blog ;)

*Ed, el señor Gray primigenio iba a ser un Lord cachondísimo pero luego me puse seria a última hora... Quizá algún día haga un post sobre ese otro señor Gray
jejejeje

*Humilde, eso habrá que preguntárselo a él... ¿?

*Raist, no me asuste... ;)

*Ice Cream You Scream, yo también me lo pregunto, mmmmm...

*Mycroft, no del todo, lo que el señor hace después de apagar el ordenador no nos lo cuenta :p

*Sr, Sinclair, gracias, se le echaba de menos por aquí... :)

martes, 29 noviembre, 2005  
Blogger Pow dijo...

Acabo de descubrir una errata. En el párrafo de las 15:33. Donde dice Opta por lo segundo, en realidad debe poner Impone lo primero.
Deberías revisar más los textos antes de publicar, despistada :-D

martes, 29 noviembre, 2005  
Blogger Miss Kubelik dijo...

Señor Gray se equivoca. Por si no lo recuerda le diré que ese día usted realmente NO decidió nada...

Pd. De las 15:33 a las 18:43 se me emborronó la webcam y no pude ver nada, a ver si nos cuenta qué pasó... ^_^

martes, 29 noviembre, 2005  
Blogger Alvaro Bode dijo...

Un post realmente original... Muy bueno!!

Un besito!

martes, 29 noviembre, 2005  
Blogger Isthar dijo...

¿Qué si está tan loco? Hombre con decirte que casi llega a mi nivel de locura ;)

martes, 29 noviembre, 2005  
Blogger Miss Kubelik dijo...

*Zoso, ¡el ZepBoy! Me alegro de verle otra vez por aquí..

*Varo, gracias, un gusto volver a leerle

*Isthar, entonces no es preocupante... :D

martes, 29 noviembre, 2005  
Blogger Pow dijo...

Señorita Kubelik, si le cuento lo que pasó en esa época borrosa de las tres de la tarde traicionaría la confianza de una dama. Así que me veo obligado a declinar su oferta ;-)

Isthar, tu nivel de locura y el mío no son comparables. Son complementarios :-D

martes, 29 noviembre, 2005  
Blogger would dijo...

¡El señor Gray con zapatillas azules y bata a cuadros! Nonono, ése no es el mismo que el que hacía lo de la estatuílla del coche.

De todas maneras, sólo de imaginármelo así me ha entrado la risa tonta. Bueno, ¿y qué le voy a hacer? Es que soy muy tonto yo.

martes, 29 noviembre, 2005  
Blogger Miss Kubelik dijo...

*Vamos, vamos, señor Gray, no creo que una partida al parchís sea un secreto inquebrantable...

*Would, sé de buena tinta que el señor Gray guarda una cinta de los Chichos en la guantera del coche. Hasta el más allegado puede darnos una sorpresa :D

martes, 29 noviembre, 2005  
Blogger Karl Andrews dijo...

Nunca me habia detenido a pensar lo largo que pueden ser nuestros dias...

y despues nos quejamos de que no hay tiempo para nosotros...

Te felicito por el nivel de detalles que le pones a tus escritos...

Saludos
Karl

miércoles, 30 noviembre, 2005  
Blogger Miss Kubelik dijo...

*Karl, sutil manera de decir "menudo tostón"... ^_^

miércoles, 30 noviembre, 2005  

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