Chicos malos (Segunda parte)
Ante todo ha de saber que siempre he tenido éxito con las mujeres, sin grandes esfuerzos. No digo tener éxito en hacerlas felices, ni siquiera en llegar a ser feliz con ellas. No, simplemente tener éxito. Lograba mis fines más o menos cuando me lo proponía. Al parecer yo tenía encanto, ¡imagínese usted! Ya sabe lo que es el encanto: una forma de oír una respuesta afirmativa sin haber dirigido una pregunta precisa (…) Como reza el término consagrado, las amaba, lo que viene a querer decir que nunca amé a ninguna. La misoginia siempre me ha parecido vulgar y necia, y casi todas las mujeres que he conocido he estimado que eran mejores que yo. Sin embargo, colocándolas tan alto, las he utilizado más que las he servido. ¿Quién lo entiende? Por supuesto el verdadero amor es excepcional, hay dos o tres por siglo aproximadamente. El resto del tiempo hay vanidad o aburrimiento (…) Al final es falso que yo no haya amado nunca. En mi vida he experimentado al menos un gran amor, y su objeto siempre he sido yo (…) Pero hablando únicamente de mi sensualidad, era tan real en todos los casos que incluso hubiera renegado de mi padre y de mi madre por una aventura de diez minutos, aunque hubiera de lamentarlo amargamente. ¡Qué digo! Sobre todo por una aventura de diez minutos, y más aún si existiera la certeza de que no tendría futuro. Por supuesto, yo tenía principios, por ejemplo que la mujer de los amigos era sagrada. Con toda sinceridad, algunos días antes dejaba, simplemente, de tener amistad con los amigos. ¿Debería llamar a eso sensualidad? La sensualidad no es repugnante. Seamos indulgentes y llamémoslo enfermedad, una especie de incapacidad congénita para ver en el amor otra cosa que algo que se hace (…) A fuerza de no ser romántico, suministraba un sólido alimento a lo novelesco. En efecto, nuestras amigas comparten con Bonaparte la idea de que siempre piensan que triunfarán donde todos los demás han fracasado (…) Sabía que a ellas les gustaba que no se fuera demasiado directamente al asunto. En primer lugar había que dar conversación, ternura, como ellas dicen. Siendo abogado no me faltaban discursos, ni me faltaban atenciones, porque en mi regimiento fui aprendiz de actor. A menudo cambiaba de papel, pero siempre se trataba de la misma obra. Por ejemplo, el número del atractivo incomprensible, del “no sé qué”, del “no hay motivos, no deseaba verme atraído, estaba cansado del amor y sin embargo, etc”, siempre era eficaz a pesar de ser uno de los más viejos del repertorio. Estaba también el de la felicidad misteriosa que ninguna otra mujer le ha dado jamás, que quizá no tiene porvenir, que incluso seguramente no lo tiene (nunca se toman las suficientes precauciones), pero que precisamente por ello es irreemplazable (…) A veces llegaba incluso a hacerlas jurar que no se entregarían a ningún otro hombre, para apaciguar de una vez por todas mi inquietud a ese respecto (…) Desde el momento en que no pertenecían a nadie, podía entonces decidirme a romper, lo que de otro modo me era casi imposible (…) Unos gritan: “¡Ámame!” Otros: “¡No me ames!” Pero cierta raza, la peor y la más desdichada, grita: “¡No me quieras y séme fiel!”
Texto: Albert Camus "La caída"
Foto: Jerry Uelsmann
18 Comentarios:
Y que me perdone el Sr. Camus (donde quiera que esté) por este "corta y pega" horripilante que he osado hacer.
Pd. Ni que decir tiene que también chicas malas, haberlas, haylas...
.... pero, y la maldad???? ....yo no la veo por ningún lado.... ;)
La egolatría de la conquista. Expresada con palabras afiladas. No hay como un hombre para entender a los hombres.
Mer has arrasado por completo, creo dedicaré toda la tarde de hoy a leerte.
Un abrazo.
* Humilde, tú debes de ser un chico malo, jejeje... :p
*Sr. Gray, discrepo ligeramente con su síntesis. Creo que Camus iba un poco más allá. Me temo que realmente existe el "estereotipo" (ni necesariamente masculino ni femenino) de persona cuyo egoísmo sólo le permite acercarse a los otros para reafirmar su capacidad de conquista, seducción...
*Saa viccenzo, es usted muy halagador pero estoy segura de que aprovecharía mejor el tiempo haciendo cualquier otra cosa ^_^
Planteamiento muy real que no deja de ser la esencia de muchas personas, como bien dices, independientemente del sexo que tengan.
Y yo no estoy de acuerdo... Una mujer jamás se expresaría así. Aunque el fin sea el mismo. Voy a coger esas palabras y, como mi atrevimiento jamás ha tenido límite, trataré de traducirlas a la versión femenina.
No garantizo resultados, para ello debería ser una mujer, supongo...
*Isthar, un placer tenerla por aquí poniendo un poco de cordura
*Sr. Gray, no sé por qué a estas alturas de siglo seguimos empeñados en hacer psicología de género. Hombres y mujeres nos expresamos igual: con palabras.
No obstante me tiene usted con el alma en vilo, deseando leer esa versión femenina ^_^
Por la presente autorizo a la señorita kubelik a que me cuelgue de mis propios intestinos en la plaza mayor del barrio, para que los parroquianos puedan mofarse y befarse a gusto de la prepotencia del que escribe.
¿Pero a quién se le ocurre retar a Camus? ¿Y al sentido común?
:(
Eso de los intestinos es demasiado gore. Me conformo con que nos haya dado la razón públicamente a mí, a Camus y al sentido común, jejeje. Es extraño, no pego ni con cola en esa enumeración o_0
Ahora hay gente para todo, amigo Gray. Pero si nos cruzamos con una así, ya podemos correr...
Mientras lo leía me crecía la incertidumbre, luego al encontrarme los pequeños puntos suspensivos entre parentesis me asusté aún más, "cielos, es incluso más grande de lo que lo muestra" y tras ser aplastado por el texto descubrí con cierta sensación de alivio que no era de ella, y suspiré... y mi ego suspiró...
Ufff... genial. No conocía yo a este tipo duro (disculpar mi falta de conocimiento) pero esos sentimientos tan primarios y egoistas escritos de esta manera, no se ven tan malos... Incluso se le puede llegar a envidiar!
Buscare mas de este tipo.
*Raist, buen consejo ;)
*Telémako, ya me explicará el porqué de los suspiros de su ego ¬¬
*Deckard, se lo recomiendo fervientemente...
*Ice Cream you scream, sobre el donjuanismo interesantísimas reflexiones, del mismo autor, en "El mito de Sísifo" (en Alianza Editorial págs. 97-101) Geniales, de verddad.
de Humilde tienes tu lo que yo se de Astronauta...Ojala tuviera yo el 1% de exito con las mujeres del hombre de tu relato!!! moriria en un harem!
Excelente relato!
Saludos
Karl
Estoy contigo, este discurso no tiene género, siempre ha existido la femme fatale. Por lo visto Gray ha tenido al suerte de no cruzarse con ninguna o de no haberla reconocido.
Buena puya, butt. No creas que no he notado es sutil o
;-)
*Karl Andrews... ¿? El relato no es mío, es un fragmento de un libro de Camus...
*Buttercup, no le martiricemos más, el caballero ha reconocido su error... jejeje
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